Tambour, el reloj que con tan solo veinte años de antigüedad, se ha convertido en uno de los accesorios icónicos de la firma.
Nace a principios del siglo XXI, concretamente en el año 2002 y como su propio nombre indica, su estructura está inspirada en un tambor. Un diseño que le otorga una gran versatilidad, ya que podría convertirse fácilmente en una exhibición de excelencia técnica, como albergar la última tecnología como un reloj inteligente de última generación.
Una de las características más destacadas, además de su similitud con un tambor, son las letras de la firma colocadas en la caja cuidadosamente haciéndolas coincidir con cada una de las horas.
En 2004 Louis Vuitton no olvidó su íntima relación con el mundo de la navegación, es por eso que lanzó una colección de cronómetros de regata. El reloj cronógrafo Tambour Outdoor presentaba un cronógrafo que cuenta hacia el inicio de la carrera, con los primeros cinco minutos en azul y los cinco restantes en rojo.
Pero esta no es la única relación con el agua, la firma francesa también lanzó en el 2004 el Tambour Diving, un reloj de buceo que además de tener una resistencia al agua de 300 metros, también cumplió con los requisitos estéticos.
Con estos diseños, los relojes Tambour pasaron de ser un reloj elegante a un reloj-herramienta. A pesar de ser un diseño tan polivalente, continúa siendo exquisito y lujoso.
Actualmente, existen diversos diseños del Tambour, así como los nombrados anteriormente, el Tambour Moon o el Tambour Curve Flying Tourbillon Poinçon de Genève, entre otros. Mientras los entusiastas de los relojes esperan con gran expectación la próxima revelación del Tambour, estamos seguros de que seguirán siendo diseños exclusivos y únicos.