«Amo el negro porque afirma, diseña y estiliza». El diseñador de origen argelino, revolucionó la moda con el uso del color negro y con la creación del esmoquin femenino.
Sin embargo, a pesar de su talento innato a la hora de diseñar, su vida personal no fue tan perfecta. En su adolescencia y prematura juventud Yves era un chico inteligente, creativo y tímido. Pero hubo un antes y un después en su vida, que desencadenó en un desorden mental: ser director creativo de Dior.
Con tan solo 21 años se hizo cargo de una de las firmas de moda más lujosas e importantes en el mundo. Su fundador y principal director creativo lo eligió como sucesor. En 1957 Christian Dior fallecía de un infarto, y fue entonces cuando su puesto pasó a manos de Laurent, quien acabó convirtiéndose en el modista más joven de la alta costura francesa.
La presión por hacerlo lo mejor posible, de la manera más correcta y en el tiempo establecido, provocaban momentos de depresión y ansiedad en el joven Yves. A pesar de ello, la firma siguió creciendo y manteniendo estilos tan icónicos como el New Look.
En 1960 fue llamado para unirse al servicio militar, en el que duró menos de un mes debido al estrés producido por las burlas que sus compañeros hacían hacia él. Tuvo que ser ingresado en el hospital militar, y fue allí mismo donde supo que la casa Dior había prescindido de sus servicios. Todo ello provocó una gran recaída e ingresó en un hospital psiquiátrico.
A finales de los 60, acabó su ingreso y fue entonces cuando en julio de 1961 decidió crear su propia firma gracias al apoyo de su compañero Pierre Bergé.
Sus prendas icónicas han sido el esmoquin femenino, la colección inspirada en Mondrian, la colección basada en Maruecos ya que vivió allí durante una época, y la chaqueta sahariana entre otras prendas y accesorios.
Debido al estrés que sufría durante la elaboración de las colecciones, acabó consumiendo alcohol y drogas. Unos años más tarde su vicio era la Coca-Cola.
Finalmente, Saint Laurent fallecía en 2008 en París de un tumor cerebral.
